Se me hacen bola los finales, pero al final casi siempre encuentro las agallas para enfrentarlos. Me recojo el pelo, como explicaba Leti Sala, trago profundo, miro a los ojos directo y digo adiós. Es horrible. O duro. Pero es lo mejor que me ha enseñado a hacer mi padre: “La vida siempre de frente”. Porque la vida es justamente eso, además del café, la …
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